Este libro se centra en Marie, una joven huérfana que entra a trabajar como ayudante de cocina en la Mansión de los Melzer, una adinerada familia de la alta sociedad de Augsburgo dedicada a la industria de las telas. Durante su vida en la Villa, conocerá a Paul, el hijo heredero de la familia, a sus hermanas Kitty y Lisa y a los señores Melzer.

La novela me pareció la típica y trillada historia de la Cenicienta: la chica pobre y huérfana que llega a trabajar de criada y se enamora del chico millonario.

Personalmente no conecté con ningún personaje. La autora intentó hacer que Marie pareciera fuerte y segura pero nunca logró transmitirme eso el personaje, me parecía simple y sin mucha personalidad. Tampoco me sentí atraída por el protagonista y ningún personaje secundario me pareció relevante como en otras novelas, que a veces, cuando los protagonistas llegan a perder fuerza, los personajes secundarios salvan el día.

El lenguaje, específicamente los diálogos, me parecían acartonados y poco fluidos. Entiendo que se quiso respetar el tono con el que se hablaba en esa época, pero me hacía perder el interés en la conversación. Sin embargo, podría tratarse de una traducción que, a mi gusto, no funcionó del todo bien.

La historia romántica de Marie y Paul fue tan insípida. Me hubiera gustado que se profundizara más en la parte de la conquista, en el coqueteo, en lo secreto del “amor prohibido” porque pareciera que tan solo cruzaron miradas y un par de palabras cotidianas y ambos ya estaban rotundamente enamorados. Hubo tan poca convivencia entre ellos que no me di cuenta en que momento nació y floreció el amor. En alguna parte, la historia de amor de Kitty opacó casi por completo a la de los protagonistas, aunque tampoco me dejó del todo satisfecha este personaje, algo infantil y desesperante. El final me pareció algo flojo y carente de emoción.

Lo que me gustó de la novela fue que la autora tuvo el poder de transportarme a Augsburgo, del siglo XX, pude sentir el crudo invierno, imaginarme trabajando en una de las gigantescas maquinarias hiladoras de la fábrica textil, y me sentí parte de la familia Melzer, viviendo en la villa, conviviendo con el personal y siguiendo las normas de etiqueta y las buenas costumbres de aquella época.

Aunque es una saga, este primer libro te da un cierre de historia por lo que yo decidí quedarme solo con este.

Recuerda que esta es mi opinión personal como lectora y el único fin es compartir mis percepciones con otros lectores de este título. En ningún momento se busca hacer una crítica literaria o a la propia escritora. Como siempre digo, los libros no son buenos o malos, todo depende del gusto del lector y del momento en el que se lea.

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