Este libro me gustó bastante porque está basado en una historia real de la segunda guerra mundial, cuando el trasatlántico St. Louis transportó a muchas familias judías que partían de Alemania con destino a Cuba en calidad de refugiados. La novela tiene dos narradoras, Hannah y Anna, tía y sobrina. Personalmente me atraparon mucho más los capítulos narrados por Hannah, ella logra transmitirte perfectamente ese sentimiento de esperanza en algunos capítulos y de desesperanza en otros. Su historia es un ejemplo de como una familia que gozaba de una acomodada posición económica y social, pasó a la desgracia debido al acoso de los simpatizantes del movimiento Nazi, al punto de tener que huir de su propio país para escapar del asedio y la persecución hacia los judíos. Me gustó mucho la manera en que ella narra desde pequeña su vida en Berlín y luego su estadía en el barco, en donde te cuenta todos los inconvenientes e infortunios que sufrieron, al leerla ella es capaz de hacerte pasar de la cólera a la resignación y de la indignación a la impotencia, es decir puedes sentir muchísimas emociones conforme vas avanzando en la historia. Me encantó también leer sobre su vida en Cuba, realmente sentí que me llevó allá, en todo el libro sus descripciones son exquisitas y la narrativa te lleva perfectamente de la mano para que sientas que estás viviendo cada capítulo con ella. Esta no es una historia de amor y mucho menos romántica, solo te regala una dosis más que inocente de amor o quizás podría llamarse ilusión, entre Hannah y su mejor amigo. La otra narradora es Anna, ella te va contando su presente en tiempos actuales, sin embargo, aunque sí me gustaron los capítulos descritos por ella, para mí fue mucho más impactante la vida de Hannah y eso me restó interés hacía a lo que Anna tenía para contarme. Algo que me encantó de este libro es que trae fotografías reales del barco y los pasajeros, telegramas transmitidos durante la travesía del barco, e incluso notas de periódicos cubanos de esa época. En conclusión, me gustó mucho y lo recomiendo.
Las secuelas que dejan fenómenos como La Segunda Guerra Mundial son profundas. La conciencia del hombre acerca de sus acciones en el pasado no tiene fecha de caducidad. En el 2011, a 72 años de haber ocurrido, se develó en Halifax, Canadá, un memorial nombrado “The Wheel of Conscience” el cual recuerda y lamenta la negativa de varios países en recibir a los judíos que huían de Alemania a bordo del trasatlántico Saint Louis en calidad de refugiados. La novela “La niña alemana” de Armando Correa es una excelente opción para conocer más de cerca esta historia y sensibilizarte acerca de lo que ocurrió en aquella travesía.