Oaxaca es uno de los estados en donde se conservan más vivas que nunca las tradiciones mexicanas y hace que su pasado prevalezca intocable a lo largo de los años.

Aunque la ciudad de Oaxaca es también la capital del Estado, su esencia de pueblo la convierten en un imán tanto para turistas nacionales como para extranjeros. Es un destino ideal para los viajeros que desean revivir las costumbres mexicanas y empaparse de historia para sentirse orgullosos de su legado.

Acompañame a una aventura más para descubrir todo lo que hay para ver y hacer en Oaxaca.

El centro histórico de Oaxaca está repleto de rincones hermosos para admirar y conocer sobre su historia. No por nada ha sido declarado patrimonio de la humanidad. Recorrerlo te tomará casi todo tu día pues hay una larga lista de atractivos que visitar, así que comienza temprano en el Mercado 20 de noviembre o el Mercado Benito Juárez. Recuerda que para probar la verdadera sazón de una región nada como comer en sus mercados. Además, la gastronomía de Oaxaca es una de las más valoradas del país. Puedes desayunar una típica tlayuda, un rico mole negro o unos tacos de tasajo deliciosos No olvides probar también el famoso chocolate mayordomo, cuyas tiendas las verás a cada rato en tu camino. Si eres de los atrevidos, puedes comer chapulines y hasta gusanos de maguey, pues una de las bebidas típicas de esta región es precisamente el mezcal.  

Luego de la aventura gastronómica es hora de comenzar el recorrido, así que ten ojos bien abiertos y la cámara más que lista.  Dos cuadras hacia arriba y cuatro a la derecha, llegarás a la primera visita cultural, el Antiguo Convento de San Pablo. Este fue el primer convento edificado por la orden de los dominicos en Oaxaca en 1529 y con el paso se los años ha tenido que sufrir varias restauraciones. Es el mejor lugar para aprender sobre las etnias de Mesoamérica a través de sus exposiciones y su galería. También hay una biblioteca de mucha riqueza literaria y además en varias lenguas. El lugar como tal es mágico pues parece que se quedó congelado en el tiempo. A un lado del convento también está el teatro Macedonio Alcalá y el Museo Textil de Oaxaca.

Caminando por toda la avenida Independencia llegarás al Templo de San Felipe de Neri. Si algo tiene bonito Oaxaca, son sus iglesias, así que aunque no seas creyente, vale la pena admirar sus fachadas y entrar a conocer sus detallados interiores. Este templo se construyó entre 1733 y 1773 y aquí contrajo matrimonio Benito Juárez con Margarita Maza el 31 de julio de 1843.

La siguiente parada es la Basílica de la Soledad en honor a la patrona de Oaxaca la Virgen de la Soledad. Esta iglesia de estilo barroco no solo es muy bonita, sino que alberga un museo en la parte trasera en donde se puede conocer un poco sobre la historia de su edificación. Junto a la Basílica se encuentra el Palacio Municipal y la plaza de danza, y de frente está la escuela de Bellas Artes.

Bajando por la avenida José María Morelos te encontrarás con el Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo. Aquí se presenta la colección de los pintores Olga y Rufino Tamayo y fue este artista oaxaqueño quien fundó este museo con cinco salas de exposición que ahora resguarda más de mil piezas. Se encuentra en una casa que data del siglo XVIII y que fue rehabilitada, por lo que la simple construcción lo convierte en una visita obligada. 

Una cuadra arriba, andando por la avenida Mariano Matamoros, llegarás al Ex Monasterio de Santa Catalina de Siena, fundado desde 1568. Primero monasterio, iglesia y atrio, luego cárcel, después oficinas municipales, más tarde cine y actualmente el hotel Posada Camino Real. Como puedes ver, este sitio ha sufrido muchas transformaciones y lamentablemente el acceso es limitado. Una alternativa para poder entrar a mirar sus interiores es hospedarse en ese hotel o pasar a comer algo en el restaurant y así poder entrar a admirar la antigua capilla y sus jardines. Un café de media mañana no estaría mal.

A solo una cuadra está el hermosísimo Templo de Santo Domingo, en mi opinión, la iglesia con los interiores más bonitos de todo México. Su edificación comenzó desde el año 1551 y se considera de estilo barroco novohispano. Aunque su fachada es bonita también, la hermosura que miras al entrar te acapara toda la atención. Los techos, los muros y los alatares son divinos. Cada escultura y cada pintura están adornadas espléndidamente. En 1979 fue visitada por el papa Juan Pablo II. En el interior no se permite el uso de flash por lo que las fotos no le hacen justicia a lo que los ojos miran, aun así, no dejes de intentarlo para llevarte ese hermoso recuerdo.

 

A esta zona se le llama Centro Cultural Santo Domingo, pues además del Templo, abarca también el Ex Convento de Santo Domingo y los jardines etnobotánicos. Ambos lugares se pueden visitar y para los que gusten, también está junto el Museo de Filatelia, un recinto museográfico dedicado al coleccionismo se sellos postales. Esta zona también es muy recomendable para comer pues hay varios restaurantes y cafés en los alrededores.

 

Luego de saciar el apetito, date prisa para llegar a la Casa de Juárez y conocer lo que fue el hogar del ex presidente Benito Juárez. Es pequeño pero de mucho valor histórico para nuestro país, pues el oaxaqueño Benito Juárez es uno de los personajes más relevantes de nuestra política nacional.

 

Tres cuadras al sur, está el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo que puedes visitar si te interesan las artes gráficas. De lo contrario, dirígete a la calle peatonal Macedonio de Alcalá, un corredor turístico repleto de tiendas de artesanías, casas coloridas y algunos edificios históricos. Aquí también se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo que puedes conocer si aún dispones de tiempo.

Antes de que oscurezca, asegúrate de llegar al Zócalo, también llamado Plaza de Armas, para que puedas admirar con luz de día la Catedral de Oaxaca, el edificio del Palacio de Gobierno, el Templo de la Compañía de Jesús y las callecitas de la Alameda de León.

La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción es enorme y muy bella por dentro y por fuera. Fíjate bien en sus acabados de mármol griego y en la imagen de la Virgen de la Asunción pulida en bronce, que representa a María elevándose al cielo. Por las noches, la iluminación la hace ver majestuosa y le da vida al zócalo, en donde finalmente culmina tu día.

Toma asiento en el parque para descansar o cena en algunos de los restaurantes que rodean la manzana conocida como “Los Portales” mientras disfrutas de la vista y de la música tradicional. Fue un arduo día y al siguiente te espera aun más.

 

Alrededores de Oaxaca.

 

Si tu estancia en Oaxaca será de varios días, una buena idea es conocer los sitios de interés que hay en sus alrededores. Aquí te hablaré un poco de cada uno para que decidas cuales visitar.

                                                         Monte Albán.

Este sitio arqueológico era un importante eje económico político y religioso y fue la capital ceremonial y militar de los zapotecas. Se fundó por el año 500 a.C. y fue una de las ciudades más importantes de Mesoamérica con aproximadamente 35 mil habitantes.

Las ruinas se encuentran en la cima de una colina del Valle de Oaxaca a solo 8 kilómetros de la ciudad. Lo mejor es contratar un guía experto para que te relate el significado de cada pirámide y así saber a qué deidad estaban dedicadas y que rituales se realizaban en esos recintos.

No olvides llevar lentes y bloqueador solar, ya que al ser un sitio completamente abierto te será difícil hallar sombra. Hidrátate bien y compra una artesanía de recuerdo.

 

Mitla

Su significado en lengua náhuatl es “inframundo” o “lugar de los muertos.” Este sitio arqueológico a 45 kilómetros de la ciudad es mucho más pequeño que Monte Albán, pero no menos interesante. Estas construcciones se caracterizan por su diseño con grecas y mosaicos y por tener patios cuadrangulares interiores. Aquí puedes ver las tumbas de los que fueron los sacerdotes más importantes de aquella época. Cerca está el Templo San Pablo Apóstol el cual puedes ir a conocer.

Hierve el agua

Para los amantes de la naturaleza y los cazadores de paisajes, este lugar será el predilecto para hacer de su estadía en Oaxaca unas vacaciones de diez. Está un poco más alejado pero ir hasta allá vale cualquier esfuerzo. Se trata de unas cascadas de más de 200 metros de altura que quedaron petrificadas. Eran de agua carbonatada, por eso tienen un color blanco. En la cima hay pozas de agua de manantial que cobran un color turquesa y tienen una temperatura templada, así que puedes darte un buen chapuzón si lo deseas. Sin duda, hierve el agua es un escenario magnifico para las fotos más increíbles.  

Cuilapam de Guerrero. 

A pesar de que solo se encuentra a 10 kilómetros de Oaxaca, este sitio no es muy frecuentado por el turismo y es una verdadera pena, pues aquí hay un lugar que no solo es impresionante a la vista sino que forma parte importante del movimiento de lucha más relevante de la historia de nuestro país. Hablo del ex convento de Cuilapam. Esta enorme construcción en realidad nunca fue concluida en su totalidad pero a primera vista se puede notar la grandeza y el poder que pretendía transmitir con su arquitectura. El propósito de este convento era albergar a religiosos de la orden de los dominicos que llegaban para evangelizar. Al entrar en el recinto te da la impresión de retroceder en el tiempo y si subes a la terraza tendrás la mejor vista de las montañas de los valles centrales. Camina por los patios, visita el museo y no dejes de mirar cada rincón hasta encontrar la celda en donde estuvo prisionero el militante de la independencia Vicente Guerrero. También se encuentra un monumento que conmemora su muerte el 14 de febrero de 1831, cuando fue condenado a fusilamiento sin juicio legal. Ahora ya sabes porque esta comunidad se llama Cuilapam de Guerrero. Si te sobra tiempo, puedes darte una vuelta por el centro del pueblo y tomar una nieve para refrescarte.

Santa María del Tule.

Este pequeño pueblito no solo tiene un centro muy pintoresco con su parque y su iglesia colonial, sino que aquí puedes encontrar el árbol con el tronco más grande el mundo. Se trata de un ahuehuete de dos mil años de antigüedad, con un tronco de 14 metros de diámetro, 42 metros de altura y un peso estimado de 600 toneladas. Cuando estés frente a él, además de fotografiarlo encuentra en su tronco y sus ramas figuras de animales como un cocodrilo, león y elefante. Dale una vuelta a la plaza principal y puedes aprovechar para degustar varios tipos de mezcal  en algunos de los puestos que hay por allí.

Gracias por acompañarme una vez más en esta aventura. Te espero en mis redes sociales Facebook e Instagram para emprender una nueva travesía por nuestro México querido. No olvides compartir este articulo con todos tus amigos viajeros. ¡Hasta la próxima!