Tlaxcala es el estado más pequeño de la República Mexicana, pero no por eso deja de tener una historia fascinante, pues esta región jugó un papel protagónico durante una de las etapas más relevantes de la historia de nuestro país: La Conquista.  En la recientemente estrenada serie “Hernán”, se puede apreciar como Tlaxcala y sus habitantes fueron un factor definitorio en el desarrollo de todas las luchas del movimiento español que llegó a tierras mexicanas en busca oro y tierra. Debido a esto, me despertó la curiosidad de conocer un poco más sobre esta ciudad, así que me aventuré a visitarla durante un fin de semana y aquí te cuento todo lo que hice.

 

Tlaxcala tiene varios atributos que vale la pena destacar, por ejemplo, es sede de uno de los espectáculos naturales más hermosos que ocurre entre junio y agosto conocido como el santuario de las luciérnagas; conserva muy bien su arquitectura colonial en sus iglesias, monumentos, ex conventos y edificios de gobierno; cuenta con sitios arqueológicos y construcciones de gran riqueza cultural, y por si todo esto fuera poco, está plagado de antiguas haciendas que se pueden visitar, explorar y hasta hospedarse en ellas para conocer sobre la historia de la región y sobre las costumbres que se practicaban en el pasado.

 

Me hospedé en el corazón del centro histórico, en Posada Tlaxcala, un acogedor hotel que conserva su antigua esencia de casa de huéspedes y que guarda uno que otro tesoro histórico. Cada habitación tiene el nombre de algún miembro de la familia, pues la familia Pérez Domínguez ha sido dueña de este lugar desde hace muchísimos años. El propietario actual, Don Martin fue un anfitrión espléndido, pues es un hombre con un profundo amor por su tierra y además gran conocedor y apasionado de la historia de Tlaxcala.  Si deseas hospedarte en este hotel, da clic aquí para ir a sitio de reservas.

Para conocer a detalle la historia de esta ciudad, lo mejor es visitar el Palacio de Gobierno, ubicado a solo una cuadra de este hotel, en pleno centro histórico. Lo mejor es contratar los servicios de alguno de los guías que están ahí para que con el mural «Tlaxcala a través de los tiempos y su aportación a lo mexicano» del maestro Desiderio Hernández, te cuente la evolución de Tlaxcala y algunos de los sucesos que han dejado marca en la historia de esta región. Por ejemplo, durante la época Prehispánica, antes de la llegada de los españoles, Tlaxcala se mantenía independiente del imperio mexica (Tenochtitlán) y se encontraba dividida en cuatro señoríos, Maxixcatzin, señor de Ocotelulco, que era el más importante, luego estaba Xicoténcatl el viejo, jefe de Tizatlán; Tlahuexolotzin de Tepeticpac y, por último, Citlalpopocatzin, señor de Quiauixtlán. En el año de 1525, Hernán Cortés fundó la ciudad novohispana con el decreto «se erige en ciudad de Tlaxcala para la Nueva España y su iglesia en Catedral para un obispo que gobierne y administre» y se nombró sede del primer obispado de la Nueva España. Por esto, es que se ha llegado a tachar de traidores a los tlaxcaltecas, sin embargo, hay que conocer a fondo la compleja historia que se vivió en aquellos tiempos y analizarla bien para poder emitir un juicio justo, pues como bien dicen, la historia generalmente es contada por los que ganan las batallas y se desconoce la otra cara de la moneda. Otro de los eventos que te cuentan los murales es la historia de los niños mártires de Tlaxcala, tres infantes que fueron evangelizados por los frailes franciscanos y dominicos que arribaron al territorio luego de la conquista, para que predicaran la fe cristiana. Por último, también puedes conocer la historia de la salida de las 400 familias tlaxcaltecas, quienes, por decreto real, salieron con la encomienda de colonizar la zona norte del país.  Si te quedan unos minutos más, echa un vistazo a la Galería de los Gobernadores.

Aprovechando que ya estás en el centro histórico, explora la Plaza de la Constitución con su agradable parquecito en donde están las letras emblemáticas de Tlaxcala, algunas fuentes, áreas verdes y con suerte hasta te toca algún show local. Si te apetece visita el Museo de la Memoria, el Museo de Arte o La Pinoteca de Desiderio Hernández, que se encuentran por ahí o sigue explorando las calles del centro, pero pon atención a los detalles, por ejemplo, en la calle Benito Juárez verás el Teatro y el edificio que fue sede de la Santa Inquisición y en uno de los muros que da a la calle hay una curiosa piedra alargada, la cual era usada para dar azotes a las personas que se negaban a convertirse en creyentes de la fe cristiana. En la esquina de esa manzana está el antiguo Palacio Legislativo, el cual ha aparecido en algunos filmes mexicanos.

 

Sigue caminando y llega a la Parroquia de San José, de estilo barroco tlaxcalteca construida durante el siglo XVIII. La cúpula tiene revestimiento de azulejo en tonos azules y el frente es en tonos rojizos y blanco. Su interior tiene estilo neoclásico. Es imponente por su tamaño, sin embargo, le hace falta un poco de limpieza y restauración. Ahí cerca está también el Palacio Legislativo y el Palacio de Justicia.

Luego, es momento de cambiar de dirección y regresar por la avenida Independencia para llegar a la Catedral de Tlaxcala, la cual se encuentra sobre una loma, por lo que tendrás que subir algunas cuantas escaleras, pero no te preocupes, el esfuerzo valdrá la pena.

 

 

La Catedral está edificada para Nuestra Señora de la Asunción, aunque anteriormente fue conocida como el Templo de San Francisco de Asís ya que allí junto estaba el convento. Fue construida entre 1530 y 1536, tiene una cúpula de forma octagonal y guarda tesoros artísticos y arquitectónicos de amplia riqueza cultural.  Aquí encontrarás también la capilla abierta y la torre del campanario. A un costado de la catedral, en lo que antes fue el claustro del convento de San Francisco, se encuentra el Museo Regional de Tlaxcala, el cual te recomiendo visitar, pues alberga una colección bastante interesante de pinturas, piezas de arte sacro colonial, figuras arqueológicas que se han hallado en la zona, utensilios ceremoniales, entre otras piezas que representan la cultura de la época prehispánica y novohispana de Tlaxcala. Al terminar tus visitas no olvides apreciar las vistas que tendrás desde ahí, puedes ver la plaza de Toros o tomar una panorámica de la ciudad. Si dispones de más tiempo, vale la pena caminar unas cuantas cuadras para ir a tomarte una foto a la escalinata de los Niños Héroes, un monumento con un mirador construido en honor a los héroes nacionales.

 

Para concluir el día, no puedes dejar pasar la oportunidad de ir a conocer la Basílica de Ocotlán. Esta iglesia está un poco más retirada del centro histórico, pero en transporte público podrás llegar en cuestión de minutos y te aseguro que no te arrepentirás. Fue construida entre los siglos XVII y XVIII, en honor a la aparición de la virgen a Juan Diego y es toda una joya. La fachada es de estilo barroco con dos bonitas torres que enmarcan su entrada. El interior es simplemente hermoso, admira la cúpula, el altar y todas las bellas obras barrocas en su interior.

 

Tlaxcala es conocida por el cultivo del maguey de donde se obtiene el pulque, una bebida de origen prehispánico muy popular en la región. Dado que en Tlaxcala se concentra una gran cantidad de haciendas y que algunas de ellas se dedicaron por mucho tiempo a la producción de esta bebida, una buena idea para tu segundo día de viaje es contratar algún recorrido turístico que te lleve a conocer las haciendas de la región y degustar la gastronomía típica del estado, como la original sopa tlaxcalteca que tienes que probar. Te sugiero visitar la hacienda pulquera Soltepec pues allí se encuentra el Museo del Pulque. Esta hacienda fue edificada durante el gobierno porfirista y su bonita fachada habla de sus épocas de gloria cuando fue una de las grandes productoras de pulque. Aunque actualmente funciona como hotel, puedes pasar para recorrer la hacienda, deleitarte con la cocina típica de su restaurant o reservar un paseo a caballo por los alrededores de la hacienda.

Otra opción es visitar Val quirico, un bonito complejo residencial y turístico que te hará sentir en la auténtica campiña italiana. Explora sus callecitas estrechas y empedradas que te transportan a la Toscana. Aquí encontrarás una gran variedad de restaurantes, tiendas y varias actividades para hacer en familia.

Para completar tu experiencia puedes visitar otros lugares que también se encuentran muy cerca de ahí, elige entre ir al Parque Nacional La Malinche, al zoológico, a la zona arqueológica de Cacaxtla o alguno de los pueblos mágicos como Tlaxco o Huamantla. También está la hacienda Tenexac en donde se filmaron escenas de la película mexicana “Arráncame la vida”  Revisa el calendario para saber si hay algún evento durante tu estancia como El Carnaval, la temporada del Santuario de las Luciérnagas o la Huamantlada.