Este libro pertenece a la autora de la popular saga «La Selección» la cual confieso que no terminé y que no fue de mi completo agrado. Si, admito que a veces me dejo seducir por las portadas de los libros, y este es otro claro ejemplo…
Compré el libro porque la portada me gustó y porque, aunque no me gustan los libros de fantasía, el asunto de las sirenas y los misterios del mar, me causa mucha curiosidad. El libro además, no es muy extenso y me imaginaba que el estilo y la redacción serían sencillos, así que lo compré.
Me pareció una historia un tanto aburrida, plana, con una protagonista que me desesperaba mucho porque se empecinaba en vivir sufriendo. La historia de amor fue insípida, algo sosa, no logré identificarme con Khalen ni Akinli. Siento que la autora se empeñó en mostrar a Kahlen, como una chica madura, sensible pero a la vez guerrera y decidida, que aunque llevaba un gran peso sobre sus hombros debía mantenerse entera y resuelta para cuidar y guiar a sus hermanas y ser el ancla del que ellas se sostuvieran. Pero la realidad es que sentí muy forzado al personaje y no me terminó convenciendo de nada de eso.
Los personajes secundarios me parecieron melosos, infantiles o demasiado simples. El único personaje que considero vale la pena de la historia es Oceanía, que viene siendo el alma del agua. Me pareció original el modo en que se desarrolló la historia en este sentido, dejando a un lado el clásico villano, tipo bruja, monstruo o demonio, que se relaciona con el tema de las sirenas. La autora optó por un personaje espiritual, le dio esencia propia y lo hizo muy bien. A mi parecer la “conciencia” de Oceanía fue la cuestión más profunda de la historia y esta complejidad es lo que permite darle matices a la novela. Aun así, el libro no llenó mis expectativas.
Creo que puede ser una opción de lectura para adolescentes principiantes, pero si estás acostumbrado a novelas más intensas, profundas, desgarradoras o inspiradoras, esta historia te podría parecer muy básica.