Cuando hablamos de Puebla, es difícil escoger una sola zona o región para ir a explorar. Con sus siete pueblos mágicos, sus bellos paisajes, su bonita arquitectura y su famosa gastronomía, Puebla es uno de los Estados más completos turísticamente hablando. Para admirar su arquitectura y monumentos históricos, está la capital del estado que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para desenterrar historia y empaparse de cultura, está Cholula, para disfrutar de un buen descanso y del aire fresco, está Atlixco, para una escapada romántica, está Cuetzalan, y así, la lista podría seguir y seguir. Como puedes ver, Puebla posee una buena cantidad de pueblitos y lugares interesantes, así que en este articulo te voy a platicar de unos cuantos.
Empecemos por la capital, Puebla de Zaragoza, llamada también “Ciudad de los Ángeles.” Es una de las ciudades más grandes y pobladas de país, por lo que actualmente es una urbe moderna, un poco caótica y llena de vida.
La evidencia de la arquitectura colonial se puede apreciar mejor en el casco histórico, en donde te recomiendo caminar con paciencia, sentarte a tomar un café o una nieve, comprar artesanías y disfrutar de las bonitas vistas del centro de la ciudad.
Admira la hermosa Catedral frente al zócalo, dedicada a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Descansa junto a la fuente central del parque, toma algunas fotos o dirígete al Ayuntamiento, ya que en su interior hay un callejón muy fotogénico lleno de pequeñas tiendas. Como dato curioso, anteriormente era conocido como el callejón de la carne, pues estaba repleto de carnicerías, y posteriormente, el callejón de la alhóndiga porque abundaba el comercio de semillas y harinas.
Algunos de los lugares que puedes visitar en el centro histórico son la Biblioteca Palafoxiana, el Templo de la Compañía de Jesús, la Casa de los Muñecos, el Patio de los Azulejos y el Callejón de los sapos, uno de los más pintorescos. La oferta de museos también es amplia y variada, puedes optar por el Museo Amparo, Museo Erasto Cortés, Museo San Pedro, Museo de Arte Virreinal y el Museo de la Talavera Poblana. Unas cuadras más alejado, encontrarás el mercado de artesanías y el barrio del artista, una plazuela con aires bohemios donde algunos artistas buscan mostrar y exponer su talento en la pintura, la música, la danza y el teatro.
Si dispones de más tiempo y no te importa caminar un poco, no dejes de visitar los barrios aledaños al casco histórico, en el barrio de San Sebastián, echa un vistazo rápido al reloj El Gallito, descansa los pies en alguna banca del parque Paseo Bravo o si te apetece, visita el Museo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. En el Barrio de San Pablo explora el Ex Convento de Santa Rosa o entra a alguno de los museos que hay cerca, ya sea el de arte religioso o el de arte popular. Si lo tuyo son los museos del tipo histórico, de evolución, o de tecnología, entones dirígete a la Cívica 5 de Mayo en donde encontrarás una buena conglomeración de recintos de este tipo.
Para disfrutar de lindas vistas de la ciudad, debes ir a la Estrella de Puebla, una noria ubicada en un complejo turístico que incluye el Parque Lineal, el Jardín del Arte, el Ecoparque Metropolitano, el Paseo del Río Atoyac, así como el Museo Internacional del Barroco. A un lado encontrarás también el centro comercial Angelópolis.
Si buscas un área más vanguardista para comer o pasar el rato, te recomiendo ir a Sonata, la zona más nueva y cosmopolita de la ciudad en donde encontrarás restaurantes, cafés y bares, así como tiendas y boutiques de diversas marcas y estilos.
Por último, una buena alternativa para complementar tu visita a la ciudad de Puebla, es darte una escapada a Val´quirico. Este lugar en realidad se encuentra en territorio de Tlaxcala, pero por su cercanía a la capital poblana, es el plan perfecto para ir a pasar una tarde, ir a comer o tomar unas lindas fotos. Este bonito y fotogénico complejo residencial y turístico, te hará sentir en la auténtica campiña italiana. Explora sus callecitas estrechas y empedradas que te transportan a la Toscana. Aquí encontrarás una gran variedad de restaurantes, tiendas y varias actividades para hacer en familia.
Ahora es tiempo de hablar de la primera joya que alberga el estado de Puebla, fuera de la capital, pero tan cerca, que ni sentirás la diferencia. Me refiero a Cholula, un pueblo mágico salpicado de talavera y cúpulas barrocas. Comienza tu recorrido en la Plaza de la Concordia, frente al zócalo. En los alrededores puedes encontrar el Convento de San Gabriel, la Biblioteca Franciscana y algunos museos. Sin duda la estrella de este lugar es la zona arqueológica en donde se encuentra la Gran Pirámide de Cholula y muy cerca la Parroquia de San Pedro Cholula. Decidas lo que decidas visitar, no te vayas sin probar una cerveza artesanal o probar su deliciosa gastronomía, ya sea en los portales o en alguno de los acogedores restaurantes que encontrarás por el centro.
El segundo tesoro al que te voy a llegar, se encuentra en el municipio de San Lucas el Grande y se trata de la Ex Hacienda de Chautla. Este sitio, parece sacado de una pintura. Es un enorme espacio verde, con un lago rodeado de jardines y coronado por un pequeño castillo de estilo inglés. Es ideal para pasar una tarde tranquila al aire libre, caminar por los senderos boscosos, hacer fotografías increíbles, hacer un picnic, o solo ir a disfrutar del aire fresco. Los colores del entorno contrastan con el lago y el castillo de ladrillo rojo y detalles en blanco luce encantador desde cualquier ángulo.
En sus buenas épocas, la Hacienda era una de las de mayor esplendor y tiene también su peculiar historia. En 1777 se convirtió en parte del marquesado de “Selva Nevada”, concedido por el Rey Carlos III al Sr. Manuel Rodríguez de Pinillos y López Montere. Años más tarde pasa a manos de la Marquesa Soledad Gutiérrez de Rivero Martínez y Pinillos quien contrae segundas nupcias con el inglés Don Tomás Gillow. Al morir ella, Tomás se casa con la hija y heredera de su difunta esposa, la Srita. Mara y Zavalza y Gutiérrez. El hijo de este matrimonio, Monseñor Eulogio Gillow, es quien construye el castillo para que sirviera como casa para el magisterio. En 1914 la hacienda de San Antonio Chautla es expropiada y es hasta 1922 que el presidente Álvaro Obregón le devuelve solo 150 de las 6000 hectáreas a Monseñor Gillow. Cuando él muere, se la hereda su sobrino Ignacio Kasuski quien la vende a la Secretaría de la Defensa.
Ahora nos dirigimos a otro pueblo mágico, que es una explosión de aromas florales y frutales y de colores vivos. Si, Atlixco. Este municipio poblano, ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl, ha adquirido fama gracias a su clima y sus fincas, que atrapan el ojo y la atención de muchos, quienes buscan celebrar sus eventos en alguna de sus quintas. Parques, balnearios y su encanto de pueblo, con el motivo por el que los capitalinos y los residentes de Puebla, aman ir a pasar un fin de semana tranquilo, alejados de la bulla de la ciudad.
Las callecitas de Atlixco son un escaparate romántico con sus balcones decorados con flores. Siéntate a beber algo en alguna de sus terrazas, camina por el zócalo y el parque o degustar la gastronomía típica de la región como la cecina atlisquense, el mole poblano, tlacoyos, chiles poblanos, adobos, pipianes y más. En este pueblito además se llevan a cabo muchos eventos y festividades, así que revisa el calendario para enterarte cuando comienza, por ejemplo, la muy sonada, Villa Iluminada de Atlixco o el festival del Huey Atlixcáyotl.
Además de los que te he mencionado, hay muchos otros pueblitos de ensueño para visitar en Puebla, como Cuetzalan, que es ideal para una escapada romántica, Zacatlán de las Manzanas con su imponente mirador, o Chignahuapan, conocido por la fabricación de esferas y su arraigada tradición navideña. De estos lugares espero poder hablarte en una próxima ocasión. Por lo pronto, acompáñame a más viajes y aventuras a través de mis redes sociales en Facebook e Instagram.
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