Cuando me llega un bloqueo lector, busco dejarlo atrás tomando una lectura ligera, que me entretenga y me recuerde lo rico que es devorar una historia y dejar volar la imaginación. Comencé a leer «Tu último beso» luego de atascarme en otra novela con la que me rehusaba a avanzar y por la que, por varias semanas, perdí el apetito lector. “Tu último beso” fue un buen bálsamo ya que es una novela sencilla que te cuenta una historia amena y original, con personajes simples pero que entretejen una historia interesante y divertida.

La trama se desarrolla en un lugar denominado el Valle de Ostara, un pequeño pueblo medio olvidado cuyo único acontecimiento interesante que ocurre en todo el año, es el Festival del Equinoccio. Fuera de eso, sus habitantes llevan una vida tranquila, monótona y rutinaria en aquel valle perdido entre las montañas, aislados de las grandes ciudades. Daniel, es un periodista de Madrid, que llega al Valle para documentar todo acerca del Festival y se instala en el Hotel Savoy, el único que hay en todo el pueblo, y el cual regentean Camila y su madre Filipa. Pero el reportaje sobre el Festival Anual del Valle de Ostara, no es lo único que ha llevado a Daniel hasta ese recóndito pueblo, sino descifrar un secreto. En cuanto llega al Valle, se da a la tarea de investigar la vida de una mujer cuya historia solo conoce a través a las páginas de un viejo diario que tiene en su poder y que se comenzó a redactar justo el día en que su autora huyó de su hogar y arribó al Valle de Ostara.

La novela te entrega dos historias en paralelo, una en el pasado, narrada a través de las páginas del diario escrito por la misteriosa mujer, y la otra en tiempo presente, con Daniel y Camila. La historia del pasado te mantiene enganchado y expectante para ponerle nombre y apellido a los protagonistas de aquel diario y armar el rompecabezas, mientras que la historia del presente, aporta el aire fresco y divertido, además de hablarte del origen del Festival, los preparativos y todos los rituales que se llevan a cabo.

Daniel es un chico atractivo, decidido e independiente, a primera impresión todo un “Robafuegos” como lo describiría Lady Expiación, que es el seudónimo bajo el cual Camila escribe un blog acerca de porque mantenerse alejada de ese tipo de hombres y como sobrevivir a ellos. Ella, además, atiende la recepción del hotel Savoy que administra su madre con quien lleva una relación algo tensa y fría sin motivo aparente. Es una chica jovial, pero de carácter fuerte, sin embargo, la vida en aquel valle no la llenaba por completo. Le pesaba sobre sus hombros un atisbo de arrepentimiento por no haber logrado hacer una vida fuera de Ostara, sino que por el contrario, se había resignado quedarse allí, en esa minúscula porción de tierra en el mundo, para apoyar a su madre con la administración del hotel, el cual, no era ni tan siquiera un negocio rentable.

El comité organizador del Festival le asignó la tarea de atender al recién llegado periodista para asegurar un reportaje positivo y favorecedor que contribuyera a atraer más visitantes a las celebraciones del valle para los siguientes años. A partir de allí se va desarrollando la historia de amor entre ella y Daniel, y aunque pensé que estaría atiborrada de clichés, puedo decir con franqueza que no fue así, existen, pero no hubo abuso de ellos, sino que la historia fluyó natural y espontáneamente, llevándome a un desenlace que no me esperaba en absoluto. Me gustó el giro que me hizo dar la historia al momento de despejar las incógnitas del diario y, sobre todo, descubrir los motivos que Daniel tenía para llegar hasta a aquel Valle.

Ambos personajes me agradaron y conecté con ellos, sin embargo, aunque había química entre Daniel y Camila, la novela me quedó a deber un poco más de pasión, pues sentí que tiene una carga sexual bastante leve. Siempre he dicho que no me gusta la literatura erótica, pero un poco de pasión y sensualidad en las dosis adecuadas siempre se agradecen al momento de leer romance.

En conclusión, es una historia original y entretenida que se lee rápido, pues los capítulos son muy cortos y tienen una estructura de tiempos interesante que te mantienen cautivo con ganas de querer seguir el hilo de la historia. Fue un libro que me dejó disfrutar de un buen rato de lectura, imaginándome aquel Valle con todas las descripciones que me brindó el autor y además me permitió despejar mi bloqueo lector.

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