Uno de mis autores favoritos, indiscutiblemente. Sus novelas siempre son amenas, entretenidas, originales y con mensajes muy hermosos. En esta ocasión leí su nuevo libro “Una chica como ella” que me dejó con una sensación muy bella pues es una historia que invita a ver la vida de una manera optimista, a valorar y agradecer nuestra condición actual, a ser más positivos y empáticos para afrontar las adversidades, y a no darnos por vencidos.
En la Quinta Avenida de Nueva York, hay un pequeño edificio que conserva uno de los pocos elevadores antiguos de la ciudad. Deepak, ha sido el ascensorista del turno de día en ese edificio por muchísimos años, conoce muy bien las diferentes personalidades y rutinas de cada habitante del edificio y ama manejar esa reliquia de asesor. Un día, el ascensorista nocturno tiene un accidente y deben buscar un reemplazo, por lo que Sanji, un sobrino hasta hacia poco desconocido de Deepak, toma el puesto de manera temporal. Este joven recién llegado de la India es en realidad dueño de una gran fortuna en Bombay y se encuentra en Nueva York en busca de otros inversionistas para un proyecto de tecnología digital que ha desarrollado. Sin embargo, las circunstancias lo llevan a ser el nuevo ascensorista del edificio, en donde vive Chloe, una chica muy especial y diferente, que es sin duda, el personaje más inspirador de la novela. La trama te llevará a conocer la vida de estos dos personajes y sus familias, y te contagiará con un mensaje de esperanza y superación.
Me gustó mucho que la historia no se sintió nunca forzada, no recurrió a los clásicos clichés en los que se puede caer cuando se aborda una temática tan particular como la de esta historia. Si bien resalta lo valioso de la superación personal en cuanto a barreras físicas por un lado y raciales y sociales por el otro, no se abusó de estos recursos y no la convirtió en una novela melosa o pretenciosa.
Una de mis cosas favoritas es la forma en la que el autor te aterriza de manera tan precisa en el escenario donde se desarrolla la historia, en este caso Nueva York. Es de esos autores que te lleva a estar ahí, te ubica a detalle y te familiariza con la locación. Esta habilidad suya me encanta porque cuando tengo la oportunidad de conocer esos lugares, no solo me hace recordar la novela, sino sentirla más real y cercana.
Es una novela linda, que se lee bastante rápido gracias a su narrativa ágil y sencilla, que te cautiva por su simplicidad, misma que también, está repleta de mensajes inspiradores. Te invita a apreciar los pequeños actos cotidianos, desde la generosidad que a veces pasamos por desapercibida de los que nos rodean en el día a día, hasta el respeto por los sueños, ya sean grandes o pequeños, de cada individuo.
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