En esta parte de la historia Leah se encuentra en Brisbane estudiando la universidad. El dolor del pasado ha quedado atrás y ha logrado reconstruir en ella a un nueva mujer y artista. Disfruté ser parte de su proceso de crecimiento y de los desafíos a los que se fue enfrentando para descubrir lo que realmente quería hacer con su vida tanto amorosa como profesional. Creo que la autora retrata muy bien el proceso de discernimiento del personaje a la hora de tomar decisiones, lo cual exhorta al lector a reflexionar sobre los caminos que ha tomado él en su propia vida.
También me gustó el proceso de reconexión entre Oliver y Axel, así como el de Axel con su familia. Nos obsequia un bello mensaje acerca de la reconciliación y sobre apreciar a quienes siempre han estado ahí y que, pese a las diferencias que puedan existir, la amistad y la unión familiar debe prevalecer.
Siento que en el primer libro hay un mejor equilibrio de protagonismo pues en este se enfoca más en Leah que en Axel, no obstante, me gustó la madurez que muestran ambos personajes en esta segunda parte dándole un sentido realista para alejarse un poco de los clichés.
Al igual que el primer libro, me agrado mucho el tono y el estilo, la narrativa no pretenciosa, con diálogos que enganchan, una buena química sexual y personajes que me permitieron empatizar. Recomiendo esta bilogía si buscas una novela dulce y encantadora para complacer tu lado romántico.
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