Canadá es el segundo país más grande del mundo y sin duda es un país multifacético, pues tiene muchísima variedad que ofrecer a lo largo y ancho de su extenso territorio. Desde sus inmensas montañas, cascadas y glaciares, sus preciosas áreas naturales y su espíritu salvaje, hasta la modernidad de ciudades como Vancouver y Toronto, la viva muestra y expresión de la historia, el arte y la cultura en Montreal, la elegancia arquitectónica de Ottawa y Victoria y el romanticismo europeo de Quebec.
Así también, dependiendo de la época del año en que lo visites, la experiencia podrá ser completamente diferente. El invierno es la temporada perfecta si amas los paisajes blancos y nevados y no le temes a las temperaturas bajo cero. Es una excelente opción si buscas pasar una blanca Navidad, ya que puedes visitar aldeas o centros de esquí donde además de poder realizar actividades en la nieve, te sentirás en una atentica villa navideña. Si lo tuyo no es el frio, entonces finales de la primavera y el verano son la opción perfecta para ver una ciudad floreciente, que deja atrás la nieve y da lugar a coloridos y frondosos paisajes. Los árboles recuperan su follaje, el clima es muy agradable, las ciudades están más animadas pues sus habitantes disfrutan de los días soleados y se celebran muchos festivales.
Pero en mi opinión, la mejor estación del año para visitar Canadá es el otoño. En esta época las temperaturas son deliciosas, los paisajes se pintan de ocre, naranja y una variedad de tonos cálidos que enamoran la pupila. El clima es ideal para recorrer sus ciudades, visitar alguna de sus reservas naturales o hacer alguna excursión a los sitios emblemáticos del país. Puede presentarse un poco de lluvia, pero seguro que eso no supondrá ningún obstáculo para que puedas seguir explorando todos sus rincones. Además, el aspecto húmedo da un toque aún más bello que difícilmente olvidarás.
Podemos dividir a Canadá en tres grandes regiones: este, oeste y centro. En este capítulo vengo a hablarte sobre el ala este del país, la cual tuve oportunidad de visitar en septiembre del año pasado, al comienzo del otoño. Si bien no me tocó experimentar el otoño en su máximo esplendor, ya se podía apreciar el inicio de este y pude ver como las ciudades se iban transformando y tomando ese aspecto cálido, acogedor y hasta melancólico. El ambiente se sentía confortable y apacible, impregnándome de cierta paz y tranquilidad mientras exploraba toda la diversidad que hay en esta región del país.

Ontario y Quebec, son las dos provincias en donde realicé mi recorrido, visitando grandes metrópolis como Toronto, Ottawa y Montreal, así como pequeñas ciudades como Cornwall, Brockville y Mont Tremblant. Y desde luego, no podía faltar la visita al sitio más famoso de Canadá, las imponentes cataratas del Niagara. En esta ocasión no tuvimos oportunidad de visitar la bella ciudad de Quebec, pero yo tuve la fortuna de estar ahí hace ya varios años, por lo que no te preocupes, que también tendrás reseña de esa ciudad de cuento.


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Dicho esto, no perdamos más tiempo y vayamos a explorar la primera ciudad de la que quiero hablarte, que no podía ser otra que la capital del país. Si, estoy hablando de Ottawa, da clic aquí para ir a leer la reseña.