Toronto, la capital de la provincia de Ontario, es la ciudad más grande y poblada de Canadá y el centro financiero y de negocios del país. Es una ciudad vibrante y llena de vida que te asombra a cada paso por su gran desarrollo urbanístico. En el centro, te sientes diminuto caminando entre sus enormes rascacielos, sus modernos edificios y su estilo de vida ajetreado, mientras que a orillas del lago Ontario encuentras un remanso de paz que te aleja del caos citadino. Y es que el ruido y el tráfico son factores constantes en el día a día en el centro de Toronto, así como las obras de construcción y de vialidad. Algunos incluso la llaman la “Pequeña Nueva York” y al igual que la Gran Manzana, Toronto también es una ciudad multicultural, por lo que en pocos kilómetros podemos pasar del barrio chino al italiano, incluso al griego, indio o portugués. Cada uno te ofrece una explosión gastronómica y un ambiente repleto de riqueza cultural a lo largo de sus plazuelas y calles principales.

Personalmente, lo que más me impactó de Toronto es que es una ciudad tan cosmopolita, que está diseñada y preparada para afrontar las dos caras de Canadá: el crudo invierno y la temporada veraniega. Durante la época de frío, la vida se desarrolla prácticamente en una ciudad subterránea llamada The Path que, a través de túneles peatonales, pasarelas y elevadores, conecta las diferentes estaciones de metro y los diversos edificios del Downtown.

Son aproximadamente 30 kilómetros transformados en zona comercial subterránea que comunica a alrededor de 70 edificios. Esto permite a los habitantes protegerse del frio y las nevadas, liberarse del congestionamiento vial de las avenidas principales y tener sitios de ocio y diversión disponibles en todo momento sin importar las inclemencias del clima. Es así que, “hay una ciudad, debajo de otra ciudad” y tanto el Downtown como The Path están burbujeantes de vida y buen ambiente.

DÍA 1

Vamos a empezar puntualizando que esta ciudad merece unos tres días para visitarla, pero si estás corto de tiempo, con dos días serán suficientes para conocer lo más relevante de Toronto. La primera pregunta que te estarás haciendo es ¿dónde debería hospedarme? la respuesta es definitivamente en el Downtown. Si, los precios son algo más elevados que a las afueras, pero el costo se compensará con el ahorro de tiempo, pues recuerda que es una ciudad bastante grande, y con la comodidad de poder moverte caminando, en transporte público o entre los túneles en The Path. En el Downtown hay muchísimas cadenas hoteleras, hostales, Airbnb y más, así que seguramente algo de eso se ajustará a tu presupuesto, pero considera reservar con suficiente antelación y evitar fechas en las que se desarrollen eventos que puedan hacer que se disparen los precios, si es que no te interesa acudir a dichos eventos. Nosotros nos hospedamos en un Holiday Inn en Carlton Street cuya tarifa ronda entre los $6 mil y $6.5 mil pesos promedio por noche.

Comenzamos nuestro recorrido con el atractivo turístico más conocido y sobresaliente de la ciudad, la CN Tower, la cual está a escasos metros de Union Station. Aunque no tengas contemplado viajar por tren, no dejes de entrar a echar un vistazo rápido a esta estación, pues por dentro es muy bonita. CN Tower es el emblema y orgullo de la ciudad, es la clásica postal que siempre verás relacionada a Toronto. Esta asombrosa torre de 553 metros posee un mirador en el piso 113 que te obsequia vistas inigualables de la ciudad. Hay una pequeña zona con piso de cristal para que pruebes el vértigo de caminar a esa altura. El mirador cuenta con una cafetería y varias áreas para sentarte a comer con la ciudad como telón de fondo, pero si buscas una opción más sofisticada, también tiene un elegante restaurante giratorio, llamado 360, el cual está catalogado como uno de los mejores de la ciudad, por lo cual deberás reservar con suficiente anticipación.  El costo de admisión al mirador de la torre es de $38 CAD y es una visita obligada para todo viajero. 

Si eres un amante de la adrenalina y las actividades extremas, puedes contratar la experiencia Edge Walk, una aventura en donde atado a un arnés de seguridad, caminas alrededor de la torre a 116 pisos de altura. Una panorámica inimaginable ¿no? Pero si al igual que yo, lo tuyo no es lo extremo, permanece en el mirador todo el tiempo que desees y cuando hayas terminado de admirar la ciudad a desde lo alto, puedes descender y visitar el Aquario Ripley’s o continuar explorando la ciudad.

Una vez abajo, camina por Simcone Street hasta llegar a King Street. Esta zona es muy bonita ya que hay varios teatros y recintos dedicados a la música y el arte, como el Roy Thomson Hall, el Teatro Princesa de Gales, el teatro de Alexandra, entre otros. En las aceras donde se ubican estos recintos encontrarás el Paseo de la Fama de Canadá, conformado por aproximadamente 157 insignias dedicadas a sobresalientes artistas canadienses. A diferencia de Hollywood, aquí la insignia es una hoja de maple en lugar de una estrella. Encontrarás placas de actores, músicos, cantantes, escritores, directores y productores de cine, teatro y televisión y, además, en esta zona se lleva a cabo el aclamado Festival de Cine de Toronto.

Cuando hayas terminado la cacería de celebridades, desplázate sobre la John Street y camina varias cuadras al norte para llegar a Grange Park donde se ubica la Galería de Arte de Ontario, la cual es una de las más grandes de Norteamérica. Este museo alberga la mayor colección de arte canadiense con más de 80 mil obras, así que si eres un fanático del arte, este sitio te fascinará. El costo de entrada es de $25CAD. La galería se ubica sobre Dundas Street, una de las calles principales de Toronto, repleta de locales comerciales, tiendas de todo tipo, sitios para comer o beber algo y más.

Camina sobre esta calle con rumbo hacia Spadina Avenue mientras curioseas los escaparates y llegarás a Chinatown. Honestamente, este barrio chino me pareció un poco simplón pues a diferencia de otros Chinatown como el de San Francisco, incluso el de Los Ángeles, donde puedes ver varios templos, arcos y callejuelas con sus ornamentos típicos, aquí básicamente son calles abarrotadas de comercios. En mi percepción, salvo por los letreros con escritura china, se pierde un poco la esencia del barrio. Sin embargo, es un buen sitio para encontrar buenos precios, así que aprovecha para comprar algunos recuerditos, regalos o lo que se te antoje llevar y, si la comida china es tu favorita, pues bienvenido al paraíso.

Literalmente unido a Chinatown, esta Kensington Market, un barrio donde la zona comercial está salpicada de arte urbano, pues te encontrarás con diversos murales y grafitis a tu paso. Tiene una esencia un tanto vintage, sin embargo, yo te aconsejaría que no pierdas mucho tiempo ahí y retomes tu recorrido bajando nuevamente por Spadina Avenue hasta Queen Street, otra de las calles más importantes de Toronto. Al igual que Dundas Street, esta calle está atiborrada de comercios, restaurantes, cafés, galerías y mucho más. Y es que yo siempre he dicho que, perdiéndote por las calles de una ciudad, es como verdaderamente conoces y te llenas de la esencia del lugar, así que activa todos tus sentidos y mantén los ojos y la mente abierta para poder aprender y llevarte lo más que puedas de Toronto.

Caminando por Queen Street, atravesarás Little India y llegarás al cruce con University Avenue. Esta interjección además de muy bonita y fotogénica, posee edificios y casonas que todavía conservan su arquitectura estilo georgiano, como la torre de oficinas Canadá Life Building, la Campbell House, residencia en 1822 de Sir William Campbell y su esposa Hannah, presidente de del Tribunal Supremo de Canadá, transformada en museo patrimonial y Osgoode Hall, actualmente una casa de estudios.

A solo unos pasos más, llegarás a Plaza Nathan Phillips, la plaza central de Toronto y uno de los lugares más concurridos de la ciudad. Aquí podrás encontrar varios edificios de gobierno como el City Hall, la Librería Pública, la Courthouse, entre otras oficinas pertenecientes al Ayuntamiento de la Ciudad, así como las letras de Toronto justo frente a un lago artificial coronado por una fuente. Durante el invierno el lago se congela y funciona como pista de patinaje, se montan mercaditos navideños y se realizan espectáculos de luces. Este sitio es muy activo y frecuentado por ser una buena alternativa de esparcimiento y recreación social, pues aquí se llevan a cabo varios festivales, conciertos y ferias, y es también el lugar donde se celebran las victorias de los equipos deportivos locales.

A un lado de la Plaza Nathan Phillips se encuentra el Old City Hall, edificio de arquitectura estilo románica que hasta 1965 funcionó como el Ayuntamiento de la ciudad y que en la actualidad es sede de la Corte de Justicia de Ontario. Tiene una fachada muy bonita y llamativa así que no te vayas hasta obtener una buena foto. Asegúrate de ver el Cenotaph, ubicado frente a las escaleras principales, se trata de un memorial dedicado a los caídos en guerras al servicio de Canadá.

Continúa caminando y un par de cuadras más llegarás a la Catedral de San Miguel, la iglesia de la arquidiócesis de Toronto y una de las mas antiguas de la ciudad con capacidad para más de 1,500 feligreses. Aunque no es tan vistosa como otras Catedrales, bien merece la pena una visita para agradecer la oportunidad de conocer un lugar más, ¿no crees?

Si decidiste no comer en ninguno de los barrios que hasta el momento has visitado, seguramente tu estómago ya te está reclamando alimento, pero la buena noticia es que estás muy cerca del fabuloso Eaton Centre. Solo debes ubicar alguna de las entradas a The Path para poder bajar y llegar hasta ahí. Aquí hay una inmensa variedad de restaurantes a lo largo de todo el centro comercial, pero si buscas algo rápido y económico, te conviene ir directo al food court, que es uno de los más grandes que yo he visto en mi vida. Las opciones son infinitas y hay para todos los gustos y paladares.

Al terminar, vuelve a la superficie en el Downtown y termina tu día en el animado Yonge-Dundas Square. Esta plaza se caracteriza por sus letreros luminosos que recuerdan a Times Square en NYC. Aquí siempre suele haber música, ruido, gente divirtiéndose y es un lugar genial para reunirse con amigos a pasar un buen rato y tomar un trago. Además, la calle Yonge Street mantuvo por muchos años el récord de ser la calle más larga del mundo, pues atraviesa la ciudad de norte a sur, por lo que es muy recomendable también para encontrar sitios donde cenar o beber algo. 

Y por este día ha sido todo, seguramente tus pies ya están muy cansados y debes reposar ya que aún quedan bastante cosas para ver al día siguiente en Toronto ¿estás listo?

DIA 2

Para tu segundo día harás más uso del metro o transporte público pues los atractivos que vas a visitar están un poco más alejados unos de otros. Comienza el día temprano, dirigiéndote a Casa Loma, una magnifica mansión de 98 habitaciones con aires de castillo inglés.

Fue construida en 1914 por Henry Mill Pellat, un excéntrico multimillonario que lo perdió todo debido a este capricho. Algunos años más tarde fue adquirida por la ciudad de Toronto y hoy en día está abierta al público. La entrada cuesta unos $32 CAD.

Podrás recorrer sus diversas estancias y salones y admirar el mobiliario y la decoración que te harán sentir dentro de una película de cine clásico. Este lugar es muy popular entre los turistas y un excelente spot para hacer fotos increíbles y presumir en las redes sociales.

El segundo lugar en la lista es el Museo Real de Ontario (ROM) y antes de que decidas saltarte esta visita, déjame decirte que, aunque no te encanten los museos, hay algunos que, si o si, valen la pena visitar y este es uno de ellos. No solo por su elegante arquitectura interior que contrasta con su fachada ultramoderna, sino por la enorme diversidad de colecciones que tiene. Con tanto que mostrar, es difícil que te aburras o que no encuentres algo interesante que ver, además siempre hay algo nuevo que aprender, así que date la oportunidad. Tiene 4 pisos repletos de objetos exhibidos en sus diversas salas, las cuales tienen diferentes temáticas, por ejemplo, las salas donde se expone el arte y cultura de algunas partes del mundo, como China, Corea, Grecia, Roma, Egipto y el Medio Este, así como otras zonas de Asia, Europa y África. O mi sección favorita que fue la dedicada a la biodiversidad y la conservación animal.  La entrada a este museo ronda loS $23CAD

A unos pasos del Museo ROM, está el Queen’s Park, el Ontario Legislative Building y a un costado podrás ubicar la zona universitaria por si gustas dar un paseo para ver algunos de los edificios que forman parte de la Universidad de Toronto. Si has concluido aquí, entonces dirígete hacia el colorido y animado barrio de Litlle Italy para saciar el apetito con autentica cocina italiana. Si no te apetece comer aquí, puedes dirigirte entonces hacia Old Town, el caso viejo de la ciudad y puedes optar por comer en el St. Lawrence Market, un mercado que se remonta a 1802 y que ha sido nombrado como “el mejor del mundo” por National Geographic. Revisa los horarios y días de apertura, pues son variables de acuerdo con el calendario.

Ya que estás en el Old Town, aprovecha para conocer algunos de sus atractivos como la Catedral St. James de la Iglesia Anglicana o el Gooderham Building, un edificio con fachada en forma de triángulo que se asemeja al Flatiron Building de NYC. Después cruza el Berczy Park y estarás llegando al Financial District donde en su mayoría verás torres corporativas, oficinas de grandes empresas multinacionales y muchos edificios modernos. Mientras fisgoneas por las avenidas serás testigo de cómo se desenvuelve la apresurada vida en el mundo de los negocios en Toronto.

La siguiente parada es el Harbourfront Centre. Este paseo marítimo es una zona de relajación para toda la familia. Si te apetece puedes visitar las galerías de arte o realizar alguna actividad al aire libre como rentar una bici o unos patines para dar un paseo, o simplemente sentarte a descansar y disfrutar de las vistas del lago Ontario. También puedes contratar un paseo en bote o utilizar el ferry para cruzar al otro lado, en donde se encuentran un conjunto de pequeñas islas conectadas entre sí. En ellas hay parques con áreas de picnic o zonas de “playa” para disfrutar del agua en el tiempo de verano. No estoy segura si se pueden llamar playas, ya que estamos hablando de un lago y no del mar, pero si buscas un lugar donde ir a darte un buen chapuzón o recostarte a tomar el sol y relajarte, este es el lugar indicado. Además, desde las islas tendrás los mejores ángulos para sacar fotos espectaculares de Toronto, así que, si el clima y el tiempo te lo permiten, no dudes en ir a pasar el rato.

Y así ha concluido el segundo día en Toronto. Recuerda que este itinerario fue diseñado con base a mis gustos, tiempos y presupuesto y que los precios mencionados pueden variar al momento de realizar tu propia visita, ya que dependerán de la temporada en la que realices tu viaje, la edad de los visitantes (menor de edad/tercera edad/estudiante) y otros factores más. Incluso hay días y horarios en que algunas atracciones son gratis, así que asegúrate de revisar la información completa de cada sitio.

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