El siguiente destino que vamos a descubrir es la bonita y romántica ciudad de Montreal. Es la segunda ciudad más poblada de Canadá, después de Toronto, con alrededor de cuatro millones de habitantes y es la más grande de la provincia de Quebec. Si a Toronto se le considera la capital financiera y de negocios del país, a Montreal bien se le puede considerar la capital cultural de Canadá. Contrario al moderno Toronto, de estilo muy “americano”, Montreal tiene una esencia más europea y clásica, que se puede percibir tanto en su arquitectura, como en sus recintos e incluso en su gente.  Aquí predomina mucho más el idioma francés que el inglés. Recordemos que este país tiene ambas lenguas como idiomas oficiales, pero principalmente en la provincia de Quebec, es donde el día a día se desarrolla en mayor medida en francés. Te podrás dar cuenta de ello al escuchar a la gente hablar, al oír las indicaciones en el transporte público, en los letreros y señalizaciones de las calles, en los nombres de las avenidas, tiendas y comercios, etc.

Pues bien, ya sea en ingles o francés, Montreal es una ciudad que tienes que explorar durante tu visita a Canadá. Así que empecemos por lo primero, ¿cuántos días se recomienda dedicarle a esta ciudad? Yo considero que dos días completos es lo mínimo que se requiere para descubrir los encantos de Montreal. Si te es posible, quédate un poco más o has base aquí para explorar los alrededores o incluso para descubrir más de la propia ciudad, ya que es una metrópoli con una oferta comercial y de entrenamiento bastante amplia y variada, por lo que siempre encontrarás algo interesante que hacer.  Además, aquí se celebran muchos festivales mundialmente conocidos, por ejemplo, el Festival de Jazz, el Festival de luces Lumiere, el festival de cine Fantasia-fest, el festival de música Les FrancoFolies, el festival de artes digitales Elektra, el festival de artes creativas Chromatic y muchos, muchos más. Investiga si durante tu visita se estará celebrando alguno y no dudes en vivir la experiencia.

Lo anterior nos lleva a la siguiente pregunta ¿dónde hospedarse? Bueno, Montreal se podría dividir en tres zonas turísticas: Old Montreal, Downtown y Mont-Royal. Dentro de cada zona hay diversos vecindarios con atractivos que visitar y cada uno con su propio encanto. La mejor alternativa podría ser en Old Montreal y sus alrededores, sin embargo, aquí suelen estar los hoteles más costosos, por lo que es más probable encontrar una opción más asequible dentro del Downtown y de igual forma contarás con una excelente ubicación, cerca tanto de Old Montreal como de Mont-Royal. Además, usar el transporte público es muy fácil, cómodo y accesible.

Ahora sí, comencemos con nuestra parte favorita ¿qué ver y visitar en Montreal? El itinerario que te propongo está diseñado para dos días enteros, pero te repito, si tienes oportunidad de estar más tiempo para disfrutar con más calma de esta ciudad, no dudes en hacerlo. En nuestro primer día, vamos a recorrer la zona Old Montreal y lo combinaremos con una visita al Maisonneuve Park, un extenso parque donde se encuentra el Jardín Botánico, el Biodome y el Estadio Olímpico. Dado que estos atractivos se encuentran en una zona un poco más alejada, te recomiendo empezar ahí para terminar el día en Old Montreal, donde encontrarás más opciones de ocio y gastronomía.

El Jardín Botánico de Montreal es considerado uno de los mejores en el mundo, tanto por su extensión como por las casi 22 mil especies de flora que alberga. Está dividido en varios jardines temáticos, invernaderos y diversos espacios educativos para aprender más sobre la naturaleza. Mi favorito fue el jardín japonés. Es una caminata agradable, sobre todo si vas en verano u otoño, cuando podrás disfrutar del buen clima para perderte en los senderos y apreciar cada especie que aquí se cultiva. También hay un insectario y zonas reservadas para el cultivo y estudio de especies amenazadas. En ciertas épocas del año puedes encontrar incluso un jardín de esculturas hechas con plantas. Imposible quedar indiferentes antes este peculiar y bella exposición de arte natural.

La siguiente visita puede ser el Estadio Olímpico, al cual puedes acceder para conocer sus instalaciones generales y seguramente podrás ver algunos deportistas practicando clavados o nado en la alberca olímpica o algún otro deporte en otras áreas. Fuera del estadio podrás ver la insignia oficial de los Juegos Olímpicos.

Junto al estadio está el Biodome, que se trata un pequeño zoo, que algunos le llaman un “museo vivo” en donde podrás ver instalaciones adaptadas a cinco ecosistemas diferentes. Es decir, en cada instalación se recrea un hábitat natural, manipulando las condiciones climáticas, de humedad, temperatura, vegetación, luz, etcétera, para que puedan vivir especies animales de diversas regiones del planeta. Por ejemplo, el pingüinario está diseñado para tener las temperaturas polares y presentar el ambiente fiel en el que viven estos animales.  El propósito de este recinto es proteger la biodiversidad, sin embargo, las instalaciones me parecieron muy pequeñas para resguardar a los animales y aunque entiendo que son seres protegidos con fines de preservación, este tipo de lugares no son mi visita favorita, ya que como saben, detesto ver a los animales encerrados. No obstante, si vas con niños, es una buena idea para que los más pequeños observen y conozcan más de cerca la naturaleza y la vida salvaje del planeta y sobre todo, para hacer conciencia desde edad temprana, de la importancia de cuidar y respetar nuestro ambiente y a todos los seres vivos del planeta.

Con eso hemos culminado la visita en Maisonneuve y es momento de ir a Old Montreal, para saciar el apetito, así que te aconsejo ir directamente a la encantadora calle Rue Saint Paul. A lo largo de esta bonita y animada callecita, encontrarás muchísimas opciones de restaurantes, cafés y terrazas para comer lo que más se te antoje. No dejes de fotografiar esta calle a tu paso pues es una de las mejores conservadas de la ciudad, con sus calles empedradas y las fachadas de los edificios al estilo europeo, que te permiten experimentar un ambiente antiguo pero acogedor. También ten en cuenta que es al área más turística de la ciudad, por lo que no será raro encontrar multitudes y que los restaurantes estén algo aglutinados.  

Cuando estes satisfecho, no pierdas mucho tiempo y retoma el camino, pues aún te quedan muchas cosas por conocer en esta zona. Ya sea museos, iglesias, mercados o plazas, podrás elegir lo que más sea de tu gusto. Toma en cuenta que los museos suelen cerrar más temprano, alrededor de las cinco de la tarde, por lo que si tu principal interés es hacer algunas visitas educativas a este tipo de recintos, deberá ser lo primero que pongas en tu lista para que puedas llegar a tiempo.

El primer museo que puedes visitar es el de Sir. George-Etienne Cartier, ubicado en una casona histórica y como su nombre lo indica, dedicado a conmemorar la vida, los logros y los viajes de este personaje, que fue un abogado y político que es considerado uno de los pilares de la Confederación Canadiense. 

Luego, camina sobre la Rue Notre Dame y da vuelta en Rue Bonsecours, pasarás por la Capilla de Notre Dame Bonsecours y en unos pasos más llegarás al Old Port.

El Old Port tiene una extensión de más o menos dos kilómetros y fue construido en el siglo XVIII a orillas del Río San Lorenzo. Fue muy relevante en su época hasta que las operaciones se mudaron a otro puerto y este quedo obsoleto para el comercio de mercancías, pero se transformó en un punto de mucha afluencia turística. Aquí puedes aprovechar para comer un postre o un helado, comprar algo en su mercadito o simplemente pasear por el viejo puerto. Desde aquí se puede apreciar la Torre del Reloj y si estás buscando un poco de adrenalina, puedes subir a la tirolesa o a la Rueda de Montreal, desde donde podrás conseguir vistas inigualables de la ciudad.

Continúa caminado por todo el andador del Puerto Viejo hasta llegar al Centro de Ciencias de Montreal, el cual alberga exposiciones interactivas sobre ciencia y tecnología y un teatro IMAX.

Sube por la Rue Saint Suplice y llegarás a la Place D’Armes donde hay varios atractivos que ver. En primer lugar, está la hermosa e imponente Basílica de Notre Dame, construida entre los años 1824 – 1829 por el arquitecto James O’Donnell y fue la primera iglesia de estilo neogótico del país. La entrada tiene un costo de aprox $8CAD pero bien vale la pena para apreciar sus bellos interiores, como el altar, púlpito, los vitrales, las capillas, las obras y más. También puedes contratar una visita guiada si lo deseas para aprender más sobre la arquitectura de este precioso lugar.

De vuelta en la Plaza de Armas también podrás encontrar el Banco de Montreal, el edificio New York Life Building y el hotel Place D’Armes, los tres con fachadas muy fotogénicas. Después, camina por la Rue Notre Dame hasta llegar a la Plaza Jacques-Cartier. A tu paso podrás admirar algunos edificios importantes, esculturas, parques y plazuelas, como el Palacio de Justicia, Plaza Marguerite-Bourgeoys, Vauquelin Square, el Ayuntamiento, el Castillo Ramezay y la Plaza de la Dauversiere.

Llegarás a la plaza Jacques-Cartier que es el lugar perfecto para terminar el día. Es un sitio muy concurrido, con muy buen ambiente, con muchas opciones de restaurantes, bares y pubs para cenar, tomar algo y pasarla muy bien. Con esto terminarías tu primer día en Montreal, asegúrate de descansar porque aun queda mucho por conocer al día siguiente. ¿Estás listo?

En tu segundo día te propongo recorrer el Downtown y Mont-Royal. Comencemos por el segundo para aprovechar la energía matutina. Mont-Royal es un gigantesco parque al norte del centro de Montreal. Se trata del pulmón de la ciudad y del centro de actividades al aire libre más conocido en cualquier época del año. Ya sea que lo visites en invierno para divertirte en la nieve y en las pistas de patinaje, en otoño para dar una caminata entre montones de hojas secas y enamorarte de las románticas vistas de los arboles pintados en tonos amarillo, ocre y naranja, o en primavera y verano para disfrutar de la calidez de los rayos del sol y de los verdes paisajes llenos de frondosa vegetación. A lo largo y ancho de este parque encontrarás lagos, esculturas, senderos, zonas de picnic, entre otras cosas, por lo que es ideal para practicar deportes, pasear a tus mascotas y llevar a los niños a jugar. La protagonista de este lugar sin duda es la colina Mont Royal a la que es muy fácil acceder y desde donde obtendrás maravillosas vistas de Montreal. No te vayas sin tomar una panorámica espectacular desde alguno de sus miradores.

En los alrededores de Mont Royal hay varias cosas para visitar como la Iglesia Saint Viateur, el museo Maison Smith, la Universidad de Montreal, incluso el Cementerio. Sin embargo, yo te recomiendo que vayas directamente al lugar mas hermoso de todos que es el Oratorio de San José.

Esta monumental Iglesia es el templo católico más grande de Canadá y posee una de las cúpulas más grandes del mundo. Se puede recorrer de forma libre o en una visita guiada donde aprenderás un poco más sobre la historia de su edificación por el hermano André, su arquitectura, distribución, obras y más. No te vayas sin pasear por sus bonitos jardines.

Ahora es turno de ir a explorar el Downtown, el núcleo neurálgico de la ciudad. En el centro de Montreal se entremezclan los edificios de estilo moderno y los rascacielos, con los edificios que conservan sus fachadas tradicionales. Es donde convergen las principales avenidas de la ciudad y donde se congregan la mayor parte de los museos, centros comerciales, torres de negocios, complejos de oficinas, etc. Como parte del abanico de museos que hay en el Downtown, está el Centro Canadiense de la Arquitectura, el Museo de Bellas Artes, el Museo de Historia Natural Redpath, el Museo de Historia McCord y el Museo de Arte Contemporáneo. Escoge el que más se adapte a tus gustos y utiliza todo el tiempo que quieras para explorarlo a tu ritmo.

Si lo tuyo no son los museos, entonces puedes ir a recorrer tres plazas que te recomiendo visitar en el Downtown: Place du Canada, Square Victoria y Phillips Square. Las tres están muy cerca entre sí, así que bien puedes caminar y perderte por las calles del centro para disfrutar del ambiente de Montreal, sin importar el orden. 

En Place du Canadá, podrás admirar la Iglesia George´s Anglican, la divina estación de tren Windsor Station y la Catedral Marie-Reine-du-Monde. Justo cruzando la avenida principal Boulevard René-Levesuqe, se ubica el jardín Square Dorchester, franqueada por el flamante Hotel Windsor y el impresionante edificio Sun Life Building.

Phillips Square es una pequeña plaza pública en cuyos alrededores podrás encontrar templos como la Catedral Christ-Church Anglican, Saint James United Church, Church of the Gesú y la Basílica de San Patricio. Square Victoria es un pequeño parque que precede a la torre del World Trade Center de Montreal, el cual vale la pena echar un vistazo por su elegancia y estilo.

Aquí se ubica también la Ruelle des fortifications, un complejo comercial y empresarial coronado por una linda fuente cuya visita no te decepcionará.

Otra parada sugerida cerca de este punto, desde luego es Chinatown, el barrio chino de Montreal, aunque es relativamente pequeño, conserva intacta su esencia y su cultura a través de su comida típica en sus restaurantes, sus distintivas puertas ornamentadas, sus vistosas calles decoradas y sobre todo, manteniendo vivas sus tradiciones.

Y por último, si eres un verdadero amante de las compras, el lugar que no puedes dejar de visitar es el centro comercial subterráneo de Montreal, llamado RESO, siglas en francés de “red peatonal subterránea de Montreal”

Al igual que en Toronto, esta red de túneles subterráneos, conectan edificios, escuelas, comercios, hoteles, estaciones de metro y de transporte e incluso residencias, para que la vida se desarrolle ahí abajo durante los duros meses de invierno y también para ayudar a descongestionar el tráfico en las arterias viales de la ciudad. Hay una extensa gama de restaurantes, tiendas, sitios de ocio y entretenimiento a lo largo de toda la red subterránea. Puedes acceder desde diversas entradas localizadas por todo el centro de la ciudad por ejemplo Complexe Desjardins, este pasaje peatonal en particular está repleto de boutiques y tiendas departamentales.

Y con eso has concluido la visita de los lugares más importantes de la ciudad.

Otros puntos de interés si dispones de más tiempo se ubican en las Islas de Montreal, por ejemplo, La Biosphere, un museo en forma de globo transparente denominado “domo geodésico” que está dedicado al agua y al medio ambiente.

La estructura es increíble y el museo se considera un icono ya que es el único en América del Norte con esta temática.

Si por el contrario buscas diversión extrema y emociones fuertes puedes subir a las montañas rusas en el parque temático La Ronde.

Otras alternativas son visitar el Museo Stewart, el parque Jean-Drapeau o incluso probar suerte en el Casino.

Espero que este artículo te haya aportado muchos tips e información de utilidad. Si estás planeando visitar Canadá, no olvides revisar los paquetes que tengo para ti en la sección Agencia de Viajes para este y otros destinos. O contáctame y con mucho gusto te apoyaré con toda la planificación de tu próxima aventura. Sígueme en mis redes sociales para ver más fotos y videos de este y otros viajes. Muchas gracias por seguir conmigo y te espero en el siguiente capítulo para seguir descubriendo Canadá.