¡¡Qué librazo!!! Mi mejor lectura del año hasta el momento, sin lugar a dudas. Esta novela lo tiene todo, personajes que se quedan en tu memoria, testimonios reales que te conmueven hasta las lágrimas, sucesos históricos narrados desde una voz tan personal que te permite comprender y conectar de tal manera que te hace sentir en la piel del personaje, y tantas cosas más que nos entrega Mónica en esta maravillosa novela.
Para empezar, me encanta que abarca diferentes periodos de la historia, no solo la segunda guerra mundial, sino que el libro comienza desde la época previa a la Revolución Mexicana en nuestro país, presentando la historia de Gilberto Bosques, mientras que en Europa, se sitúa en el periodo de la Guerra Civil Española y posteriormente la 2da Guerra Mundial, en la voz de Mina.
En el caso de Gilberto Bosques, me encantó aprender sobre su vida desde sus inicios para poder conocer su personalidad, sus convicciones y su postura, tanto política y humana, en los diferentes escenarios en los que se desarrolla la historia. La autora te lleva a descubrir a su familia, el pueblo donde creció, la educación que recibió y su participación en las diversas luchas durante la Revolución Mexicana. Posteriormente, con la preparación que recibe, la familia que forma, los puestos que desempeña en la vida política y de gobierno y las amistades que va creando, vas conociendo un poco más a fondo sus ideales.
Gilberto Bosques, a quien algunos llaman el “Schindler Mexicano” (si no han visto la película de la Lista de Schindler se las recomiendo) fue un diplomático que fungió como cónsul en Francia, previo al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Fue muy interesante aprender sobre toda la labor de este mexicano y ver como afrontó los diversos desafíos que se le iban presentando, desde su llegada hasta el momento en el que logra volver a México. También me pareció sumamente valioso conocer el sentir de sus hijos, a quienes les toco atestiguar el avance de la guerra, sortear las amenazas y vivir con las condiciones de ese turbulento momento, a pesar de ser solo unos adolescentes.
Al conocer toda la labor de este mexicano y saber todo lo que vivió en esa época convulsa al lado de su familia, me hace pensar que no se le ha dado el suficiente mérito a sus logros. Es decir, protegió y resguardó a cientos de perseguidos, salvo miles de vidas arriesgando la propia, sacrificó su hogar en México y la paz de su propia familia con tal de permanecer en Europa y poder ayudar a miles de víctimas, otorgó muchísimas visas y documentos para que familias enteras pudieran huir del asedio nazi. Muchas de ellas reconstruyeron sus vidas en tierras mexicanas y le celebran su hazaña, sin embargo, la mayoría de la gente, incluida yo, no conoce a este personaje y ha quedado un tanto olvidado en la historia.
Es por eso que este libro me ha encantado, porque me permitió conocer la vida de Gilberto, quien creo debería estar considerados entre los llamados “Justos de las naciones” héroes que son recordados por haber auxiliado a judíos durante el holocausto. Esta mención también la desconocía yo hasta leer este libro, por eso repito, me encanta cuando un libro me deja con ganas de saber más, de investigar, de aprender más sobre la historia y esta novela logró justo eso.
Además de lo anterior, esta novela también me dejó con mucha hambre de aprender más sobre temas como como la llamada España de Franco, el gobierno de Vichy, la Francia ocupada, los campamentos de refugiados, las posturas de cada gobierno frente a Alemania, las estrategias diplomáticas entre los gobiernos, y mucho más. Les confieso que terminando el libro me puse a ver algunos documentales para poder comprender más toda esta parte de la historia.
Por su parte, el otro personaje central de la novela es Mina, una niña que queda huérfana durante un bombardeo en Barcelona, en la época de la Guerra Civil Española. Ya de por sí, es desgarrador leer este tipo de situaciones, pero leerla de la voz de un niño, es mil veces más crudo y doloroso, pues la realidad es que, aunque se trate de una novela, todos sabemos que no es ficción, que ese tipo de cosas sucedieron, que miles de niños murieron o quedaron huérfanos o malheridos. Que, aunque los personajes sean ficticios, todo el sufrimiento que se narra es real, y es imposible que no te sacuda el corazón y te ponga reflexionar.
Mina es un personaje que se te queda en la mente para siempre, la manera en la que la autora narra como una pequeña niña que se queda sola en el mundo, sin familia ni hogar, y que tiene que arreglárselas para afrontar los peligros de un país convertido en un caos, es magnífica. Quiero decir, el tono, los diálogos y las descripciones, te hacen pasar por una avalancha de sentimientos: desesperanza, indignación, impotencia, compasión, desolación, frustración, etc. Es imposible no adorar a Mina y a Francesc, otro niño en circunstancias similares, cuyos caminos se unen en su lucha por sobrevivir. Este personaje también me pareció fantástico y es que ambos te trasmiten hermosísimos mensajes sobre la amistad, la resiliencia, la sororidad, la empatía, la inocencia, el valor, la incertidumbre, el miedo, el dolor y más.
Absolutamente todos los personajes me parecieron muy bien construidos, necesarios y con un un aporte preciso en la historia, tanto los que se presentan en el camino de Mina y Francecs, como los testimonios de otras familias que van surgiendo a lo largo de la novela, en donde se puede constatar las injusticias, las condiciones inhumanas de vida, la crueldad, la violencia del fascismo y el franquismo y la terrible persecución de miles de inocentes. Lo más desgarrador es que están narrados desde las voces de niños, es por eso que esta novela es tan conmovedora y te remueve todo por dentro, pues es una muestra de como a muy temprana edad, muchos niños tuvieron que crecer a fuerza, el mundo los obligó a madurar de forma veloz en medio de esa crisis que no respetaba edad ni género, dejando atrás la inocencia de una infancia feliz y segura.
Me complace saber que en la vida, así como hay villanos, hay gente buena en el camino, como Gilberto Bosques, un hombre que fue más allá de sus funciones diplomáticas y quien se merece mucho más reconocimiento del que tiene. Me llena de orgullo saber todo lo que un héroe mexicano hizo para salvar tantas vidas. El mensaje más valioso de esta novela es que, en medio de la brutalidad y el sufrimiento, rescata la humanidad en las personas y nos regala un destello de esperanza de que la bondad, la nobleza y los corazones buenos prevalecerán para que estas tragedias no vuelvan a ocurrir. Lo recomiendo totalmente, creo que es un libro que todos los mexicanos debemos leer.
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imagine si hubiera conocido a Gilberto Bosques. Escuchar de sus labios aquella tragedia que desangró a Europa y al mundo, con palabras justas, medidas, tiernas, llenas de sensibilidad hacia con los depauperados de las guerras y del odio. En suma, uno de los grandes humanistas del siglo XX.
Habría sido geniaaaal poder escuchar todo de su propia voz. Concuerdo contigo.