Hola viajeros, estoy de vuelta. Después de varias semanas de ausencia o meses, mejor dicho, en los que han surgido varios cambios importantes en mi vida, finalmente estoy dándome nuevamente el tiempo para poder retomar las reseñas de viajes en este blog que tanto amo.

En esta ocasión, vengo a contarles acerca de una escapada rápida que hicimos recientemente a un lugar que queda a menos de tres horas de donde vivimos y que por increíble que parezca, jamás habíamos visitado. Así es, una vez más nos dimos cuenta de que hay lugares preciosos que están tan cerca de nosotros pero que nunca nos habíamos tomado el tiempo para ir a descubrirlo. En realidad son varios lugares a los que me refiero, así que para ponerle título a esta reseña y comenzar a platicarles de todo lo que hay para ver y hacer, le llamaremos “Los Tuxtlas”

La región de los Tuxtlas se ubica a unas tres horas en auto de la ciudad de Veracruz. Está conformada por diversas localidades como Santiago Tuxtla, San Andrés Tuxtla, Catemaco entre otros municipios. En esta zona, se encuentra también Roca Partida, un lugar hermoso del cual ya tienen reseña en este blog, asi que no te olvides de leerla si aun no lo has hecho.

Los Tuxtlas se caracterizan por la exuberancia de sus atractivos naturales que te hacen sentir en medio de una selva tropical, así como los bellos paisajes que te obsequian sus playas, lagunas e islas, y por sus arraigadas tradiciones antiguas, como son los rituales de sanación. Hay muchísimas cosas interesantes para conocer y aprender en esta zona, asi que no perdamos más tiempo y arranquemos esta nueva aventura.

La primera parada que hicimos fue en Rancho Sustentable Doña Elia para desayunar. Se trata de un restaurant artesanal con comida típica de la región, de aspecto rustico y con fama de buena sazón. El desayuno además de rico es bastante económico y puedes tomarlo en una especie de terraza con vista hacia los jardines y los verdes paisajes. Lo mejor de este lugar es que, a unos cuantos pasos, podrás ir a descubrir la Laguna Encantada y su bonita cascada. Aunque no se trata de una caída de agua imponente, el sitio merece la pena una visita aunque sea rápida, por la belleza natural del lugar y la paz y tranquilidad que se respira mientras estás allí.

Una vez saciado el apetito, la siguiente parada fue la espectacular cascada denominada Salto de Eyipantla. He tenido la oportunidad de visitar varias cascadas en distintos viajes, incluso las impactantes Cataratas del Niagara, así que créeme cuando te digo, que esta cascada en particular no te dejara indiferente. Su nombre en náhuatl significa Salto de Tres Chorros y con sus más de 50 metros de altura y 40 de ancho, es la más relevante de la región.

Para admirar el poder de esta imponente belleza natural, puedes ir primero al mirador y ser testigo del punto exacto de donde empieza a caer el agua. Es un buen sitio para comenzar a explorar, pues además esta repleto de puestos de artesanías por si deseas comprar algo. Aquí también aproveché para probar una paleta helada de una fruta llamada chagalapoli, una fruta endémica de los Tuxtlas que se da en los meses de primavera. Su aspecto es similar al del chapulín y el sabor es parecido al de la Jamaica. Es dulce y refrescante.

Después de tomar varias fotos en el mirador, bajamos unas interminables escaleras para llegar al lugar más bonito desde donde podrás admirar la cascada en todo su esplendor. Y con esto me refiero justo a la base, es decir, en donde el agua sigue su cause, pero no sin antes hacer un gran estruendo al caer y llenar de brisa todo el ambiente alrededor. En este escenario precioso, puedes sentirte en un remanso de paz, a la vez que contemplas todo el poder de los caprichos de la naturaleza. Toma todo el tiempo que necesites para admirar la cascada y sacar muchas fotos para el recuerdo.

Ahora, es momento de embarcarnos a otro destino. Dejamos atrás el Salto de Eyipantla y nos dirigimos a tomar una lancha para navegar las tranquilas aguas de la Laguna de Catemaco. El paseo es bastante relajante y podrás avistar diversas especies de aves y reptiles además, se realizan varias paradas aunque no podrás bajar de la lancha. La primera de ellas la isla de los monos araña y la segunda es la de los macacos de Tailandia.

Si alguna vez has oído hablar sobre Catemaco, probablemente hayas escuchado acerca de las islas de los monos. Esto animales no son originarios de estas tierras, sino que fueron traídos desde Asia en la década de los 70s para ser estudiados con fines de preservación, ya que su especie se encontraba amenazada. Las dos especies que se encontraban en peligro de extinción se adaptaron a los ecosistemas y han logrado sobrevivir allí desde entonces, sin embargo, es el Centro de Investigación de la Universidad de Veracruz, quien se encarga de la manutención de estos animales. Seguramente cuando abordes la lancha, se te acercará gente para venderte cacahuates y otras semillas para que puedas alimentarlos, pero la realidad es, que es muy raro que los monos se acerquen a las lanchas a pesar de estar acostumbrados a los turistas.

En la primera isla podrás ver a los monos araña meciéndose en las ramas con su cola enredada o saltando de un árbol a otro. Son criaturas agiles y de aspecto tierno. Por otro lado, en la isla de los macacos de Tailandia, podrás apreciar que es una especie más robusta, que probablemente estará echado, comiendo o acicalándose. Ambas clases de monos son adorables a su manera y lo más importante de esta experiencia es aprender acerca de las habilidades de adaptación de los seres vivos.

La última parada, en la cual sí podrás bajar de la lancha es en la Reserva Ecológica de Nanciyaga. Este espacio conformado por varias hectáreas de áreas verdes, combina el entorno natural con la historia y cultura de la zona y con diversas actividades ecoturísticas. El principal objetivo de este atractivo turístico es promover la educación ambiental y preservar las tradiciones de la región, al tiempo que ofrece diversión para toda la familia.

Los recorridos para conocer la reserva y toda su biodiversidad son cortos y frecuentes, podrás apreciar distintas especies de flora y fauna, probar agua mineral natural directa de un manantial o sumergirte en él, untarte una mascarilla de barro natural para exfoliar la piel, admirar las esculturas y piezas arqueológicas a lo largo de la caminata mientras escuchas acerca de la historia de los olmecas en los tiempos prehispánicos, tomar un baño de temazcal (si está disponible) o incluso, participar en algún ritual o ceremonia espiritual o de purificación con un auténtico chamán (con costo extra)

En este último punto, hay distintos tipos de experiencias, o como se le suelen llamar, limpias. Dependerá de tus creencias o de lo que estés buscando, siempre, desde un punto de vista de la sanación y las buenas energías. Toma en cuenta que, si quieres algún ritual en especial, deberás reservarlo con antelación y disponer del tiempo suficiente, ya que no siempre están disponibles todos los servicios.

También es importante mencionar que en la reserva hay cabañas donde puedes hospedarte y hay muchas otras actividades que puedes hacer si cuentas con más tiempo, como andar en kayak, practicar otros deportes recreativos, reservar un masaje o incluso una cena romántica. El complejo cuenta con un restaurant y por lo que pudimos ver y escuchar, muchos de los huéspedes eran extranjeros, sin embargo, no pudimos quedarnos pues debíamos volver a Catemaco en la lancha en la que habíamos llegado para terminar el tour.

Una vez en el pueblo, fuimos directo a buscar un sitio para comer. Frente al malecón encontrarás varias opciones de restaurantes para elegir y rellenar el estomago hasta saciarte y cuando acabes, no desaproveches para dar una breve caminata por el malecón, sobre todo si está atardeciendo, pues las vistas que tendrás serán muy bonitas. Si tu tiempo lo permite, date una vuelta por el centro en donde está el parque con la catedral del pueblo y prueba una nieve o un postre local para cerrar con broche de oro esta aventura.

Como puedes ver, visitamos lo más relevante y turístico de la zona de los Tuxtlas en tan solo un día. Sin embargo, si dispones del tiempo suficiente, es una idea genial hospedarte por lo menos un día aquí, así podrás descubrir con más calma cada sitio e incluso visitar otros lugares de interés como algunos museos, los centros históricos de los pueblos vecinos como Santiago y San Andrés, hacer otros tours por las reservas de la biosfera y mucho más. Sin embargo, mi mejor consejo sería que te escapes por lo menos una tarde al que le llaman el pueblo más colorido de México: Tlacotalpan, Veracruz, la Perla del Papaloapan.

Este pueblo mágico Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO se encuentra a aproximadamente una hora y media de los Tuxtlas y aunque es muy pequeñito es muy, pero muy pintoresco. Como su eslogan lo dice, es bastante colorido, alegre y con una gastronomía que goza de muy buena fama. Aquí no hay una ruta en concreto que seguir ni un listado de lugares para visitar, basta con que camines por el centro y te pierdas entre sus callecitas tapizadas de arcos, pilares, terrazas y ventanales antiguos. Seguramente te toparás con uno o dos casas museos que son tan pequeñas como el propio pueblo, pero que puedes entrar a echar un vistazo. No dejes de visitar la Iglesia de la Virgen de la Candelaria, andar por el parque central y probar la gastronomía local. También puedes tomar un paseo en lancha por el Río Papaloapan.

Y es así como hemos llegado al fin de esta aventura por la región de los Tuxtlas, de mi querido Veracruz, un estado hermoso que tiene muchísimo que ofrecer a todos los viajeros que como tú, están en búsqueda de nuevos lugares para explorar y como yo, que siempre estoy en busca de más inspiración. Si deseas ver más fotos y videos, no olvides seguirme en mis redes sociales.

Recuerda que si estás en busca de tu próximo destino, puedes visitar la sección Reserva tu viaje donde encontrarás muchísimas opciones para poder planear ese viaje que tanto has estado esperando. También puedes contactarme y con muchísimo gusto podré apoyarte en la planificación y reserva de tu siguiente aventura. Te invito a seguirme también en las redes sociales de mi agencia de viajes Inspiration Travel.