Si hay un estado en nuestro país que tiene un sinfín de lugares maravillosos que presumir, ese es Yucatán. Pueblos mágicos, hermosas playas, haciendas de ensueño, sitios arqueológicos, maravillas naturales como los cenotes y su impresionante belleza, su deliciosa gastronomía entre muchas cosas más. La ciudad de Mérida, con su bonito centro histórico y el emblemático Paseo Montejo, ya es por si sola, la ciudad favorita de muchos viajeros y también, el punto perfecto para pasar unas deliciosas vacaciones conociendo los diferentes atractivos que hay alrededor.  Y es que, no son pocos los sitios que merecen la pena una visita en Yucatán, por mencionar algunos, están las idílicas playas de Progreso o Sisal, las zonas arqueológicas de Uxmal, Ek Balam, Mayapan o Kabah, las reservas naturales como Celestún, conocida por albergar enormes comunidades de flamencos, las Coloradas, famosas por la peculiar tonalidad rosa del agua o Río Lagartos, donde abundan muchas especies de aves, reptiles y anfibios. Lo anterior sin mencionar los impresionantes hoteles que se han construido en los últimos años tanto de lujo, boutique o eco-turísticos, así como el desarrollo de servicios que permiten disfrutar de los cenotes, visitar las haciendas, hacer rutas temáticas como la del chocolate, o ir de tour a algunos de los siete pueblos mágicos que tiene Yucatán: Izamal, Valladolid, Sisal, Maní, Espita, Motul, Tekax.

Y justamente en esta ocasión, vengo a hablarte de dos de esos pueblos mágicos que tienen un encanto único y que estoy segura no te decepcionarán: Izamal y Valladolid. En nuestra visita a estos pueblos mágicos, también descubrimos algunos cenotes y visitamos el aclamado sitio arqueológico Chinchen Itzá. De todo esto te hablaré a detalle, pero antes, te invito a que leas este artículo que escribí sobre Mérida para que descubras porque esta ciudad enamora a todo el que la visita.

Si estás listo, ¡¡pues comencemos!!

Izamal.

Izamal ostenta varios títulos, por ejemplo “la ciudad de las tres culturas” debido a que aquí se combinan elementos del pasado prehispánico, el periodo colonial y la época actual. También es conocida como “la ciudad de los cerros” debido a que está rodeada de pirámides, las cuales anteriormente, se encontraban sepultadas. Otro calificativo que recibe es “la ciudad amarilla” y la razón de este es más que evidente, pues al visitarlo podrás ver que todas las fachadas están pintadas de este color. Como podrás notar, los tres apodos le van perfecto, a excepción de eso de “ciudad” pues en realidad se trata de un pueblo con un pequeño, pero muy pintoresco centro que podrás recorrer y conocer en un día o incluso en medio día como lo hice yo.

Para llegar a Izamal deberás conducir cerca de una hora desde Mérida (70 km aprox) y nada más llegar, el Convento de San Antonio de Padúa acaparará tu atención. Elevado en la meseta central del pueblo, esta majestuosa edificación cuenta con el segundo atrio más grande del mundo rodeado por 75 arcos. Debido a su tamaño, fue el escenario perfecto para la visita del papa Juan Pablo II en 1993. Como dato curioso, algunas personas dicen que el motivo por el que este pueblo está pintado de amarillo con detalles blancos es precisamente por la llegada del papa, ya que este color se asemeja al color papal y desde entonces, su gente ha decidido mantenerlo así. Incluso, si decides tomar la visita guiada al interior del convento, muchas de las obras de arte o las piezas exhibidas, están relacionadas con el papa Juan Pablo II. El recorrido guiado es breve y el costo es simbólico, por lo que te recomiendo hacerlo. Rodeando al convento podrás encontrar el museo de artesanías y el parque central con las típicas letras de todos los pueblos mágicos por si deseas curiosear por allí.

Las calles de Izamal son muy coloridas y fotogénicas, así que pasea con calma apreciando las fachadas de sus casas, restaurantes, iglesias, hoteles y tiendas y explora todo el centro hasta llegar a las periferias donde encontrarás vestigios de ruinas arqueológicas como Habuk, el Conejo, entre otras, o un poco más lejos, Kinich.

Te recomiendo que combines tu visita a Izamal con algún otro sitio cercano, por ejemplo, podrías ir a visitar los cenotes de Homún (San Antonio y Bal-Mil) o los de Cuzamá. Otras personas deciden combinar la visita de Izamal y Valladolid en un mismo día, sin embargo, toma en cuenta los tiempos para tu regreso a Mérida pues Valladolid se encuentra mucho más retirado de la ciudad. Y hablando de Valladolid, vamos ahora a conocer este otro pueblo mágico de Yucatán ¿te parece bien?

Valladolid.

Se trata también de un colorido pueblo a casi dos horas de Mérida (160 km aprox) que se encuentra rodeado de muchísimos atractivos para visitar, por lo que debes elegir cuidadosamente cuales quieres conocer. Te puedo decir que en las periferias de Valladolid encontrarás una buena concentración de cenotes hermosos, algunos de ellos de los más posteados en las redes sociales como el Suytún. Otro par de cenotes muy bonitos son el X-keken y Samulá. También podrías optar por visitar la hacienda Oxmán en donde se encuentra un bello cenote del mismo nombre. Todo esto se encuentra muy cerca de Valladolid, pero si deseas ir más lejos, también puedes elegir visitar alguno de los sitios arqueológicos como Chichen itza o Ek-Balam. Todo dependerá de tus gustos y tiempos, por lo que otra alternativa puede ser que hagas base en Valladolid en lugar de Mérida. En mi caso, me encontraba hospedada en la capital por lo que yo decidí combinar Valladolid con una breve visita a los cenotes de X-keken y Samulá y terminar en la zona arqueológica de Chichen Itza.

Para ir a Valladolid nos levantamos muy temprano para conducir y llegar directo a desayunar al Restaurant Zaci. Elegimos este lugar debido a que está junto a un cenote del mismo nombre. Después de saciar el apetito, nos ocupados de caminar y explorar el lindo centro de Valladolid, salpicado de esencia española, herencia del pasado colonial.

La Catedral de San Gervasio frente al parque central es impresionante y es la protagonista del pueblo. Piérdete andando por sus callecitas coloridas mientras contemplas antiguas casonas, restaurantes locales donde puedes degustar la aclamada gastronomía yucateca, sentarte en algún cafecito, o puedes disfrutar de un helado en sus parques o comprar alguna artesanía. A pie podrás llegar a otro punto turístico que te recomiendo que es el Convento de San Bernardino de Siena, de estilo franciscano y cuya construcción se culminó en 1560.

Dejando atrás Valladolid, hicimos una parada breve para conocer los cenotes X-keken y Samulá. En nuestro caso, no llevábamos la ropa adecuada para poder nadar en ellos y disfrutar del agua, pero nos bastó con poder admirar su belleza natural y quedar fascinados. Toma en cuenta que aunque no ocupes el equipo acuático para nadar en el cenote, deberás pagar el costo de la entrada que es de aproximadamente $250 pesos por persona.

Chichen Itzá.

Toca el turno de hablar de Chichen Itzá. Nombrado como una de las 7 nuevas maravillas del mundo desde el 2007 por la UNESCO, este sitio arqueológico recibe millones de visitantes cada año. Se compone de un total de 26 ruinas mayas, donde la más imponente y representativa es “El castillo” una majestuosa pirámide de 25 metros de altura en cuya cima se encuentra el Templo Kukulkán. Otras construcciones relevantes son las llamadas El Caracol u Observatorio, El Templo de los Guerreros y el Juego de Pelota Maya. Este último es el más grande de Mesoamérica con 169 metros de largo por 70 de ancho.

La zona arqueológica es rica en historia pues aquí nació el culto a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, Dios de los toltecas y aztecas, ya que en el año 800 los toltecas invadieron esta región maya y se fusionaron ambas culturas. Podrás encontrar esculturas de este Dios en muchas pirámides.

Además de las ruinas mayas, también encontrarás el cenote sagrado, el cual, honestamente, no creo que te impacte mucho después de ver las bellezas de cenotes que hemos mencionado antes en este artículo. También encontrarás un mercadito para comprar artesanías y cosas típicas de la región. No te vayas sin un recuerdito de tu viaje.

Lamentablemente a algunas ruinas ya no es posible subir por cuestiones de conservación, sin embardo tan solo caminar y admirar desde abajo las magníficas edificaciones, ya convierten la visita en una experiencia única. No te olvides de revisar el calendario previo a tu visita para conocer los diversos eventos que se organizan, como las “Noches Kukulkán” un show de luz y sonido que despertará todos tus sentidos. Desafortunadamente, el día de mi visita el equipo de audio estaba averiado por lo que el evento fue cancelado y no pude disfrutar del espectáculo.

Por último, si decidiste visitar únicamente Chichen Itzá sin pasar por los otros pueblos mágicos, te recomiendo destinar un poco de tiempo para ir a conocer el cenote IK-Kil que está a solo 3 km de la zona arqueológica y además muy cerca encontrarás un restaurante para deleitarte el paladar con delicias culinarias ya que dentro de Chichen Itzá no encontré muchas opciones para comer.

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